Y aunque no recuerdo bien qué día lo escribí, aquí va:

A Chavela Vargas

Escucharte.
Aplaudirte de pie
y a cuatro manos
hasta que mis palmas sangren
el tequila de los recuerdos
que se anida en el alma
(como el alcohol de los años
lo hace en tu garganta).

Sentirte
cobijado en el carraspeo
de la guitarra que adorna
tu lamento.
Irme contigo en la misma barca
ponerte la mano ahí
exaltar la cruz de olvido
remojados bajo tu luz de luna
y cada uno de lo que otros llaman tus pecados.

Entenderte
en la enorme soledad
que te heredó la indiferencia
y vivirte Chavela
por diosito santo que sí.
Vivirte Chavela
mientras siento que sin vos / sin tu voz
(inevitablemente)
también me moriré de hastío.