Peñafiel

este fin de semana nos fuimos de excursión a Peñafiel con la Asociación del pueblo. Gran idea sin duda. Cuarenta collalbos emprendimos viaje allende las fronteras segovianas hasta tierra vallisoletana. Un día de niebla, como tantos en la cuenca del Duero, nos impidió disfrutar de las vistas desde el Castillo de Peñafiel, el "navío de Castilla", pero a la vez colaboró a dar un misterio adicional a esta Villa poblada desde tiempos celtíberos.

Ya entonces, hace veinticinco siglos, se hacía vino en Peñafiel, no bajo la marca "Protos", como hoy, pero seguro que era un buen caldo. Del lechazo ni hablamos: los corderos castellanos llevan dando alegrías a los estómagos de los visitantes desde hace centurias.



Aún bajo los efectos eufóricos del vino de Ribera, el éxito de esta tercera excursión con la Asociación Fuente Plateada me ha hecho reflexionar si no seremos demasiado estado-dependientes. ¿Por qué parte de la labor social no la podemos hacer entre todos? ¿por qué volcar en el Estado el peso de llevar a nuestros mayores de excursión si podemos hacerlo nosotros?