Un par de villancicos rockeros ...

... gracias a la Transiberian Orchestra




Libres como pájaros

Si un extraterrestre llegase hoy a nuestro planeta tendría dificultades para entender muchos de los conceptos que usamos diariamente. Por ejemplo una de esas palabras que nos llenan la boca al decirlas: libertad.

Uno de derechas le explicaría que un "liberal" defiende ante todo la autonomía del individuo evitando en lo posible la intervención del poderoso estado. El extraterrestre se haría una idea de lo que significa libertad, pero sólo hasta que uno de izquierdas le dijera que un "libertario" defiende, ante todo, la autonomía del individuo frente a la intervención del poderoso ricachón. ¿Por qué pelean entonces, si defienden casi lo mismo?

Luego un no creyente le hablaría de la libertad de culto dentro de un estado aconfesional, pero tendría problemas para explicar por qué ese estado aconfesional subvenciona a la Iglesia. El representante de la Iglesia le diría que Jesucristo murió por liberarnos del pecado, pero el extraterrestre difícilmente entendería porqué antes de Jesús nadie pensaba en el pecado y sin embargo después de él no hacemos más que pedir perdón por los "pecados" cometidos.

El extraterrestre volvería a su nave acongojado de la cantidad de libertad de la que disfrutamos en la Tierra. También se llevaría una multa por aparcar libremente su nave espacial en algún descampado, y quedaría fichado desde entonces en un montón de bases de datos de las que "libremente" podría pedir que le borrasen. Vamos que si se queda unos días más, le bautizamos, le empadronamos y le hacemos socio del Atleti, libremente claro está.

Sí, yo también me siento un poco extraterrestre algunas veces.
Una pregunta os hago ...

hace unos meses una persona a la que aprecio, un proyecto de amiga, me dijo que estaba algo desilusionada con los amigos, que la amistad le parecía un concepto sobrevalorado, ¿qué pensáis vosotros?
Cambio de tercio

A veces, unas pocas en tu vida, se abre el portón y aparece un buen toro. Lo recibes de rodillas, a porta gayola, capote volando sobre los hombros y entre el color rosado adivinas el guiño de unos ojos azabaches engañados por la larga cambiada. Luego te das la vuelta, te sacudes el polvo de las rodillas y buscas al morlaco a tu espalda. Nueva suerte y nuevo desafío.

El embrujo no desaparece con los primeros pases, más bien lo contrario. Quedas prisionero del olor del animal, de su porte, del peligro de sus defensas. Todo es bello en los lances iniciales. El público observa y anima, embelesado. Todos se alegran de que por fin el arte y la furia estén juntos y a la vista.

Pero llegan los puyazos y con ellos se pierde la fuerza. La bestia ruge y el romance se desvanece. Llegan la sangre y los tropezones. Trabucado, el animal ya no es tan bello, ni tan fluido el arte del diestro.

Cambia el tercio y con la orquesta entra la desidia en el albero. Francisco Alegre ya no lo es tanto y de pronto urge matar y salir de allí. No es fácil. El juego es antiguo y las reglas no las pone el matador, ni el toro. Pases futiles, medias verónicas que sólo suscitan palmas tímidas. Pequeños triunfos para un cierto desenlace.

Y al final qué. Un animal indefenso esperando una decisión inevitable. De frente ambos. Contentos, ninguno. Si al menos todo acabase de forma rápida, pero no tendremos esa suerte …

Y es que la vida, como diría el filósofo de Ubrique “é como u toro
Citius, altius, fortius

Extraños días éstos, en que la competencia lo domina todo. En el siglo XXI el éxito de un individuo ya no es un espejo para el resto. Ya nadie se alegra por él. De hecho ya ni siquiera se le envidia. Al triunfador solamente se le critica o incluso se sospecha del origen de su ascenso social. Salvo que hablemos de un desconocido, claro ( a los conocidos, ni agua ). En ese caso solemos admirar el resultado, pero nunca el camino recorrido hasta llegar a él. Y si el sujeto finalmente ha caído, su currículum se hace invisible de repente, pues sólo veremos "un fracasado" frente a nosotros.
Citius, altius, fortius, esa es la regla. Como si de una competición se tratase, ya sólo se valora la inmediatez del triunfo. Profesionalmente hablando, nos creemos expertos tras sólo unos meses de prácticas; cambiamos de empleo sin parar buscando un rápido incremento de salarios. La vinculación a una empresa durante toda tu vida es cosa del pasado, y es normal que la gente cambie de empleo cada tres o cuatro años.

Es cierto que los sistemas retributivos de las empresas no animan a otra cosa. Ya no se paga la fidelidad a la empresa, más bien lo contrario. La antigüedad es un carga y lo que se valora es la novedad. ¿Quién no ha pensado alguna vez que se paga mejor a los recién llegados que a los veteranos con experiencia? Y no hablo de gente en el fin de su carrera, sino de "veteranos" de 30 años con cinco años en el mismo puesto que ven como a su lado ponen a otro treintañero que cobra el doble que ellos por el mismo trabajo. No es de extrañar por tanto que se reciba a los "nuevos" con miradas de desconfianza y desde luego sin ninguna ilusión.

Poco a poco vamos entrando todos en una espiral de competencia, y sucede que nadie entiende porque alguien decide detener su carrera por propia voluntad. Oímos que Pepe o Juan han decidido cambiar su sueldo por calidad de vida y sólo lo concebimos si ha tenido alguna enfermedad o golpe vital por medio. ¿Renunciar a la pasta o a la fama por que sí? Imposible.

Más rápido, más alto, más fuerte. Parece que el antiguo lema del Barón de Coubertin se adapta mejor hoy a la vida profesional que a la deportiva ... ¿ tenemos aún alguna posibilidad de retirarnos de esta carrera ?
¡¡ Simplemente bailan !!




"¿Qué hace esa gente? Bailar. Muchos humanos en la Tierra muestran períodos de felicidad y un método de demostrarlo es bailando. La alegría y el baile traspasan los límites de la política y aparecen en prácticamente todas las sociedades humanas. Matt Harding viajó por muchos países, comenzó a bailar y filmó el resultado. Este vídeo es quizá un ejemplo espectacular de como los humanos de todo el planeta sienten un vínculo común como parte de una especie singular. La alegría es frecuentemente contagiosa ( poca gente es capaz de ver el vídeo de ahí arriba sin sonreír ) ¿no? "

si queréis verlo con mejor calidad, id directamente a You tube :

http://www.youtube.com/watch?v=zlfKdbWwruY

y pulsad en la parte inferior derecha de la pantalla
Desgobierno y desoposición

desde hace unos meses, la palabra más repetida en España es "crisis". No sé si en otros lugares del mundo se oye esta palabra, en distintos idiomas, en bares, hogares, oficinas. Supongo que sí. También supongo que en los parlamentos extranjeros se oye el rumor de la crisis y quiero pensar que sus ocupantes pasan el día pensando en cómo combatirla.

No estoy tan seguro de que esto suceda en nuestro país. Parece más bien que los incompetentes que habitan las Cortes simplemente están agazapados esperando a que pase la tormenta. ¿Para qué salir y combatir? ¿para qué pensar en cómo guarecer a los administrados? total, si todo el mundo sabe que las tormentas son inevitables y sólo cabe esconderse. Además, las tormentas se originan en lugares lejanos y nada podemos hacer para combatirlas. Como mucho, comprar cubos para achicar el agua.

El bloqueo ha llegado a tal punto que el Parlamento ni siquiera origina noticias. Busco diariamente en los periódicos la crónica de algún debate sobre una medida concreta, una propuesta de unos u otros, pero no lo veo. Solbes y Montoro desaparecidos en combate. Rajoy y Zapatero hablando de nada. Las comisiones parlamentarias, ... bah, ... ¿alguien ha oído proponer alguna congelación de sueldos? ¿y la moratoria de impuestos o pagos de la seguridad social a las empresas? ¿exigencia de asistir a formación para recibir el subsidio de desempleo? ¿subvención a la creación de nuevas empresas? nada de nada. No es lo peor el que no se decida nada, sino que ni siquiera se debate nada.

Vaya ejemplo para el país, todos los diputados durmiendo la siesta del vago. Sólo espero que los empresarios sean más ágiles a la hora de defender sus negocios, y por ende, nuestros empleos.