Hoy

he discutido con un gilipollas. En este caso un cliente, aunque esta información es superflua pues lo más importante no es que sea un cliente sino que es gilipollas. El tipo es uno de esos acomplejados a quien debieron marginar en el instituto y, ahora que es jefecillo, se dedica a resarcirse. He conocido a algunos como él. Gente inteligente, pero cegada por su rol. Gente que parece más mala de lo que realmente es. Gente con un miedo tan grande a los demás (complejo de inferioridad lo llaman) que están más solos que la una.

Lamentablemente la discusión de hoy me ha confirmado que con esta gente no valen medias tintas. O les muerdes o te comen. Están acostumbrados a defenderse de alguna amenaza imaginaria y por tanto, aunque seas sincero y bueno con ellos, ni lo ven. Supongo que son demasiados años maquinando como ser los primeros en golpear.

Una pena. Me gustaba comer con él, pero de ahí a ser su comida ...