No me extraña que Boabdil llorase al entregar Granada ...

Granada, como todas las ciudades con UNIVERSIDAD con mayúsculas, tiene vida, vidilla, como dirían ellos. Además, es bonita, limpia y se come muy bien. Allí se respira un aire limpio, de ese que cuando viene de las montañas congela los pulmones pero sabe de maravilla.

Granada tiene de todo. Un barrio viejo de esos que en el Norte se llaman "la zona de vinos", siempre cerca de las catedrales. Un barrio pijo, con chalets amurallados y con piscina, en las alturas del Realejo, dominando la ciudad, y por fin, el BARRIO, también con mayúsculas, el Albaizín.


Y ya se acabaron las comparaciones. Punto. Porque además Granada tiene el más bello monumento de España, el palacio que batió el esplendor califal de Medina Azahara, la ALHAMBRA, "Qal'at al-Hamra", "la fortaleza roja" en lengua árabe, un centro de arte y placer que sólo una civilización en decadencia política y militar pero en pleno esplendor artístico podía alumbrar.



Este lugar no se puede explicar con palabras y sólo otro sitio que haya visitado, Pompeya, me produce una sensación similar. Cierro los ojos y veo con el resto de mis sentidos. El sonido del agua, el olor a azahar, mezclado con el de resina de los cientos de cipreses, el frescor que percibo al tocar de las paredes de yeso tallado ...
He visto muchos monumentos hermosos pero casi todos muertos. La Alhambra es distinta. Uno puede imaginarse que sus habitantes van a volver en cualquier momento pues todo parece ... tan vivo.