Confundir la realidad

mira que puse a trabajar en el sótano de la creación a los Hermanos Grimm, al Fénix de los Ingenios y hasta al Manco de Lepanto, y ni entre todos fueron capaces de ayudar a Rubalcaba en su afán de contarnos el cuento de De Juana y sacarle un final feliz. Tarea compleja sin duda, la que le encomienda ZP al bueno de Rub-Al Cabah.

Ante el fracaso con los cuentistas, ahora estoy experimentando con ilustres matemáticos, y les he puesto a averiguar cuántos ciudadanos se dedican a pasar la tarde de los sábados a la interperie y de grito en grito. Curiosidades tontas que tiene uno. Y si veo que Euclides no se acerca a la solución, quizá salga más a cuenta contratar al Conde Draco, que cuenta despacio pero más seguro.

Y es que no sé lo que me pasa últimamente. No, no es que mire a la vecina de enfrente, no, sino que ¡no me creo nada!. Rubalcaba, Espe, Capello, mis clientes, ¡todos mienten! ¡¡¡Ahhh!!! ¿me estaré volviendo loco de tanto ver House? Por favor amigos, ayudadme con vuestro consejo ..., aunque dudo si podré creérmelo ...