TODOS SOMOS GINA

¡Los invitamos a todos!
Estreno de GINA, Instituto Cultural de México: jueves 26, viernes 27
de julio, 7 p.m.
jueves 2 y viernes 3 de agosto, 7 p.m.
ENTRADA GRATUITA.
Equipo artístico y técnico:
Gina……………………………..Erica Rojas
Escritor………………………….Melvin Méndez
Bailarina…………………………Selma Solórzano
Voz de Ariel…………………….José Pablo Umaña
Voz de Marvin y negro……..…..Bismarck Méndez
Voz de sandinista………………..Manuel Ruiz
Voz de Miguel………………….Abelardo Vladich
Voz de indio…………………….Rito Stewart.
Adaptación teatral sobre la novela Gina, de Rodrigo Soto…María Bonilla.
Afiche-programa y proyección multimedia…………………Ana Muñoz
Música y banda sonora……………………………………Luis Diego Solórzano
Luces…………………………………………………………Leonardo Torres
Técnico Sonido……………………………………………….Maritza Toruño
Asistente técnico……………………………………………..Isabel Gallardo
Asistente de dirección………………………………………...Patrick Valembois
Producción………………………………………………… Irene Solera

SI Productores

Teatro UBU

Embajada de México

Dirección…………………………………………………….María Bonilla.

Rodrigo Soto
nace en San José de Costa Rica, en 1962. Estudia
filosofía en la Universidad de Costa Rica, y guión cinematográfico en
la Universidad Autónoma de Madrid. En 1983 publica su primer libro de cuentos, Mitomanías , que recibe el Premio Nacional de cuento de Costa Rica. Posteriormente ha publicado varias novelas, colecciones de relatos y poemarios. Es colaborador regular en la prensa de su país. Algunos de sus cuentos han sido traducidos e incluidos en antologías internacionales. Fue becario del Agencia Española de Cooperación Internacional y de la Maison des Ecrivains Etrangers et des Traducteurs de Saint-Nazaire, Francia. En el campo audiovisual, su trabajo se orienta a la producción dedocumentales de carácter educativo e institucional, relacionados con temáticas como los derechos humanos, la juventud y el medio ambiente. Algunos de ellos han recibido reconocimientos en la Muestra de Cine y Video Costarricense y se han exhibidos en festivales internacionales. Trabaja también como asesor y consultor en el área de comunicaciones para organizaciones como el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, el PNUD e IDEA Internacional –Latinoamérica–, en campos como producción editorial y el desarrollo de campañas informativas y de divulgación. Email: paralelo10@correo.co.cr

Todas somos Gina.

María Bonilla.
La novela Gina, del escritor costarricense Rodrigo Soto, es un texto que enfrenta el mundo desde la mirada y la vivencia de una mujer. Una mujer que nace con un camino soñado y a lo mejor pre-dibujado por su condición de clase, por su madre y por su propia fantasmagoría y cuya vida la va a llevar por sendas insospechadas, atravesando y siendo atravesada por diversos espacios. En el espacio histórico, encontramos que Gina es una mujer que pertenece a un contexto específico, la Costa Rica entre la década de1950 (fecha aproximada de su nacimiento) y la de 1990 (momento aproximado en la que ella inicia su camino de vuelta a San José, desde Limón, donde la novela termina). Lo anterior hace que la novela se constituya en una radiografía-testimonio de carácter histórico. En esas décadas Costa Rica vive acontecimientos político-históricos claves, como el movimiento contra ALCOA, la erupción del Volcán Irazú y la guerra sandinista y sufre cambios vertiginosos en la estructura socio-familiar y religiosa, como el divorcio y las relaciones prematrimoniales estadísticamente mayoritarias. En el espacio geográfico, Gina vive una geografía específica, que se recoge en la novela, como lo es el San José bajo la ceniza del volcán Irazú, el San José de los profesionales formados en París, el San José de la guerra sandinista, el San José de la manifestación de ALCOA, las montañas de Talamanca, Limón. Además, Gina vive en una muy suya, particular, que está constituida por sus múltiples mudanzas, mudanzas que son a la vez, geográficas, físicas y psicológicas, interiores. En el espacio psicológico, la historia de Gina es la historia del crecimiento interior de una mujer nacida en la clase media-alta, educada en colegios religiosos, que participa de ALCOA, hace el amor antes de casarse, se casa, tiene hijos, se divorcia, se muda, llega aLimón, se enamora de un negro con el que tiene un hijo y se vuelve a San José sin tener un camino predestinado ni decidido de antemano. Es la historia de un destino anunciado y planificado desde el nacimiento de clase pero desbaratado por la vida y las decisiones que ella toma, en busca de sí misma y de su rol en su momento histórico, lo que le va a permitir rearmarlo desde un lugar distinto. En el espacio religioso, la protagonista es educada en un colegio religioso, en el que le enseñan las represiones y los estereotipos que tendrá que superar en su camino posterior, como la virginidad como valor de pureza, la sexualidad femenina como valor proscrito de ser ejercido, el matrimonio y su importancia como institución de clase. También el texto hurga en los roles tradicionales de hombre y mujer de la Costa Rica de esos años: la figura paterna, ausente (en este caso por muerte, una muerte mal resuelta en todos los planos según Gina), el marido tradicional (aunque haya sido educado en el París del 68 y en adelante), la esposa tradicional cuyo matrimonio colapsa y la deja en el vacío, en la nada, su búsqueda de sí misma, en donde sus múltiples mujeres tratan de encajar y cohesionarse (la antropóloga que va a Talamanca, la madre y esposa, la mujer sola, su encuentro con esa Costa Rica discriminada, fascinante y misteriosa de Limón), la madre que no sabe cómo no cometer los mismos errores con sus hijas que su madre cometió con ella. Estas décadas, en las que se han operado cambios fundamentales en la estructura de vida de las instituciones y la familia costarricense, han sido tema de otras novelas, como María la noche, de Anacristina Rossi y La huella de abril, de Alicia Miranda. Gina, por la estructura del conflicto ideológico que presenta, por su vocación histórica de revisión y reflexión sobre la Costa Rica que llega fisurada al siglo XXI y por su perspectiva de futuro, es, teatralmente, muy interesante de explorar, dejándonos, entre sus marcas, la conciencia de la importancia de atravesar e involucrarse en todas las vivencias y procesos interiores a los que nos reta el encuentro con la responsabilidad, compromiso, gozo y coraje de vivir el amor en todas sus formas: el amor por el otro, por el prójimo, por la patria, por los hijos, para poder estructurarnos como seres humanos dueños de nosotros mismos y de nuestro destino.