Medicamento cubano podría salvar vidas en EEUU: el obstáculo, el bloqueo

Lisandra Díaz Padrón - Progreso Semanal.- Hace siete años se dio a conocer uno de los mayores hallazgos de la ciencia cubana. En los laboratorios del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) nacía la fórmula que ha beneficiado a más de 148 mil personas diabéticas en todo el mundo. Heberprot-P es su nombre.

Se trata de un medicamente que consigue una terapia de reemplazo, eficaz y única, dirigida a promover la cicatrización en úlceras del pie diabético, y por ende a reducir el riesgo de amputación en estos pacientes.

Los visibles avances en la aplicación de este producto en más de 28 mil diabéticos cubanos han posibilitado su aceptación en países como Venezuela, Argentina y Turquía, e iniciar su extensión en Ecuador y Argelia. Está registrado en una veintena de naciones, y se espera para 2015 la inscripción en otras veinte.

Heberprot-P es se ha abierto camino en un contexto mundial que demanda el empleo de estrategias para atender una enfermedad que para 2035 afectará a 592 millones de personas. Estados Unidos es uno de los países, después de China e India donde más se incrementa el número de afectados por la Diabetes Mellitus y sus complicaciones. Es por eso que el interés hacia la experiencia cubana se hace creciente por parte de médicos, académicos e investigadores en Estados Unidos, pero las complejas relaciones políticas entre ambos países imposibilitan el uso del producto en esa nación.



No obstante, este año, por primera vez, Jorge Berlanga, el científico considerado padre del Heberprot-P pudo exponer los resultados de su hallazgo en Washington y Los Ángeles, un paso que muchos estiman como esperanzador. Progreso Semanal quizo conocer sus impresiones sobre esa experiencia y acerca de la venidera conferencia internacional sobre el control de la diabetes que se celebrará en Cuba en diciembre próximo.

Lisandra Díaz Padrón: ¿Cuál es la historia breve del Heberprot-P?

Jorge Berlanga: En el año 1984, sin haberse inaugurado el CIGB, quien clona y expresa el gen codificante para el Factor de Crecimiento Epidérmico (FCE) fue su actual director Luis Herrera. Ya en 1987 Cuba tenía FCE purificado como proteína madura. Fuimos el segundo país después de los Estados Unidos. La primera línea que se desarrolla fue la de formulación tópica; ante una herida todos tenemos el instinto de aplicar sobre ella, cuando en realidad el mecanismo de cicatrización es de lo profundo a la superficie.

En el ´91 comenzamos a trabajar aspectos de la farmacología relacionados con el FCE. Ya en el ´94 emprendimos una línea paralela de investigación donde inyectábamos el FCE. Para serle honesto, yo nunca estuve completamente satisfecho con los resultados de la aplicación de manera tópica. Entonces los experimentos nos dieron pauta de que esa no era la vía de aplicación adecuada, y eso nos llevó a desarrollar la hipótesis de que inyectando en los bordes e inferiores de la úlcera podríamos rescatar y regenerar tejidos.

El primer ensayo clínico comenzó en el 2001. Claro, eso pudimos hacerlo porque aquí en el Centro disponíamos de grandes cantidades de FCE obtenido por vía recombinante, con un alto nivel de pureza, exactamente homólogo al que tenemos los humanos. El mensaje principal que trasmitieron todos esos estudios es que la farmacología de la administración tópica no tenía nada que ver con la inyectable.

Primero fueron 15 pacientes, de manera que para finales de 2002 ya teníamos 29, de ellos 17 completaron el tratamiento y salvaron su extremidad. Digamos que fue la base de la plataforma de despegue del Centro, del grupo que ha articulado y dirigido el director, Doctor Luis Herrera para desarrollar la formulación que hoy tenemos, único factor de crecimiento fabricado en el mundo para uso inyectable.

LD: Usted dice que nunca había participado en el evento más importante que agrupa a los profesionales de Norteamérica que atienden a pacientes afectados por . ¿Por qué logran la participación este año?

JB: David Armstrong, una celebridad en la temática sobre úlceras del pie diabético, auspicia desde el punto de vista clínico los eventos de este tipo y nos cursó la invitación. Él participó en el congreso Heberprot-P 2012 celebrado en Varadero, y además ya lo conocía desde la reunión de la Sociedad Americana de Cicatrización celebrada en Toronto en el año 2008.

Cuando nos visitó tuvo la oportunidad de asistir a la sala de Angiopatía del hospital de El Rincón, por eso ya conoce de primera mano el medicamento. Además se ha nutrido de la literatura y también tenemos publicaciones en conjunto. De alguna manera se ha ido familiarizando con el Heberprot-P y a su vez ha facilitado la comunicación de nuestro equipo con otros miembros de la comunidad médica científica de Estados Unidos.



LD: ¿Qué tal fue la experiencia?

JB: Mi charla fue la segunda, luego de la conferencia plenaria del profesor Andrew Bolton, presidente de la Asociación Europea para estudios de la Diabetes. Este evento reúne a las celebridades de Norteamérica y de otras latitudes cada año en el mes de marzo. Mediante ese intercambio los presentes se actualizan sobre el avance en cuanto a técnicas quirúrgicas, tratamientos alternativos y farmacológicos.

Fue algo extraordinario que lográramos ir. Sin dudas una gran oportunidad para dar a conocer el producto, y poder decir en un espacio como este, todo el beneficio que le hemos aportado al ser humano que está o estuvo en una cama. En el propio Estados Unidos se amputan cada año entre 70 y 80 mil personas por esta causa. La atención de la ulcera es costosa, los gastos lo incluyen todo: cirugía, anestesia, medicamentos, estancia en el hospital. ¿Cuán provechosa no resulta entonces una terapia que sólo en días comienza a dar resultados en las lesiones más complejas?

LD: ¿Entonces esta oportunidad puede vislumbrar otros caminos?

JB: La verdad, yo no me imaginé que el medicamento y como tal la presentación fuera tan acogida. Muchas personas estaban conectadas a la red de la Organización Panamericana de la Salud. Creo que desde todos los países de Latinoamérica estaban al tanto, además.

Y con ello no quiero transmitir que esto signifique una victoria. Hay que verlo como la sana satisfacción, el enaltecimiento de valores y principios martianos, porque Patria es Humanidad. No consideramos que esta oportunidad constituya una razón para sentirnos jactanciosos. Es, sencillamente, el poder compartir un logro de la ciencia cubana y revolucionaria, con el pueblo norteamericano, así de simple.

El Heberprot-P está a la disposición de ellos. Entonces los que hacen leyes, los que toman decisiones políticas, tienen en sus manos la posibilidad de ayudar a rescatar de la amputación a sus compatriotas. Estamos dispuestos a hacerlo, a llegar a quien lo necesite, sin ningún tipo de jactancia, o de falsos valores, para nada, lo haremos el día que sea, con la mayor humildad del mundo.

LD: ¿Mientras tanto cómo resuelve esta dolencia un paciente norteamericano?

JB: Ellos tienen diferentes alternativas, ninguna es farmacológica. Una de ellas, su caballo de batalla, es una bomba que hace un tratamiento de vacío sobre la herida. Es un aparato caro, que se renta a los hospitales. Este mecanismo tiene una especie de ventosa que se adhiere a la zona de piel intacta, adyacente a la herida, y hace un vacío.

Según algunos especialistas, la bomba estimula la cicatrización. Cierto es que extrae el exudado, el pus y todo el material contaminado. Pero de ahí a cerrar la herida, es otra cosa. Ellos tienen un gran conjunto de vendajes y apósitos que se utilizan para lesiones de menor grado. Sin embargo, el Heberprot-P está indicado para lo que se llama un nicho huérfano en medicina, o sea, para esas lesiones de mayor complejidad que no tienen tratamiento y casi todas terminan en la amputación.

LD: ¿Además de la no comercialización, qué otros aspectos relacionados con el Heberprot-P se frustran a raíz de la política del gobierno norteamericano hacia Cuba?

JB: Yo creo que hasta el desarrollo de las relaciones humanas. Este que te está hablando, por ejemplo, puede que sea el investigador cubano que más amigos investigadores y médicos tenga en los Estados Unidos, y realmente me he percatado que tienen temor a comunicarse, temores a intercambiar, temores a donar, temores a todo.

El principal problema a veces no es la limitación para adquirir un reactivo, o un recurso, o un kit. A veces la limitación mayor reside en la imposibilidad del debate, del intercambio, del escuchar un consejo de una persona que lleva años transitando por donde tú comienzas a transitar y que te puede dar, como ellos mismos dicen, el know how, o sea el cómo, el truco.

Para nosotros poder visitar los Estados Unidos, tenemos que hacerlo a través de la mediación de un organismo internacional, en el caso más reciente por la OPS. Esto no quiere decir que si hubiéramos solicitado la visa nos la hubiesen negado. No sabemos. Para la filosofía y mentalidad de algunas personas de allá, Cuba no está autorizada, ni intitulada para desarrollar una industria biotecnológica.

LD: Este año se celebrará el 3er congreso sobre la temática, y su proyección ha cambiado, ya pretenden abarcar todo lo relacionado a la atención integral del paciente diabético. ¿Por qué han ampliado el espectro?

Ciertamente. Nosotros no podemos limitarnos solo a la pierna del paciente. Existe una relación bidireccional entre herida-hospedero, por lo que no hacemos nada con prestar atención a una lesión si no se tiene el control del hospedero, en este caso el paciente diabético, máxime que la herida es la expresión de una complicación de la enfermedad de base. Por eso nuestro perfil se ha ampliado.

LD: Confiemos en las buenas nuevas para el Heberprot-P.

JB: Cada paso que damos, por mínimo que sea, favorece la credibilidad del medicamento, y va a seguir porque nosotros no nos detendremos.

Publicado en http://www.cubainformacion.tv/index.php/en-portada/56040-medicamento-cubano-podria-salvar-vidas-en-eeuu-el-obstaculo-el-bloqueo