Incontinencia, común en la mujer adulta con diabetes

INCONTINENCIA, COMÚN EN LA MUJER ADULTA CON DIABETESEL 19 MAYO 2014.

La salida involuntaria de orina es reconocida como incontinencia urinaria, problema que se estima 65 por ciento de las mujeres experimentan en la edad adulta. En las pacientes diabéticas el efecto es más común, pues no es raro que los elevados niveles de glucosa en sangre lesionen las terminaciones nerviosas de la vejiga, lo cual afecta sus funciones.


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Marihuana natural contra la incontinencia femenina

El síntoma que caracteriza a la incontinencia es la sensación de urgencia urinaria, la cual suele acompañarse de aumento en la frecuencia de la micción, aun por la noche.

El doctor Gerardo Tinoco Jaramillo, adscrito al Hospital Metropolitano de la ciudad de México, explica que el aumento en el nivel de azúcar en la sangre genera deterioro en el sistema nervioso, que se conoce como neuropatía diabética, el cual puede causar falta de fuerza y sensibilidad en la vejiga femenina.

Agrega el especialista que algunos padecimientos colaboran para que la incontinencia pueda manifestarse, como la obesidad, que aumenta la presión a la que se somete la vejiga.

“Además, hay que recordar que la uretra (conducto por el que fluye la orina al exterior) es muy corta en la mujer, mide entre 2.5 y 4 centímetros, en comparación con el hombre que alcanza longitud de 20 centímetros. Este hecho hace que prácticamente cualquier mujer con gripe intensa o enfermedad respiratoria que le provoque tos enérgica tenga algún grado de incontinencia urinaria, aunque es evidente que será peor si se trata de alguien que se encuentra en la etapa madura o la tercera edad”.

Cuando la vejiga cae

Es importante hacer mención de una causa común de incontinencia urinaria, la llamada cistocele, problema que se genera debido a que la pared muscular que divide a vejiga y vagina se debilita, lo cual permite que una parte de la primera, que es una especie de bolsa destinada a contener la orina, se "caiga" o "baje" por el canal vecino, entorpeciendo el trabajo del sistema urinario; incluso, las relaciones sexuales se tornan dolorosas en casos graves.

La causa más común del cistocele es el estiramiento superior al normal del canal de parto durante uno o más alumbramientos. Igualmente se puede caer la vejiga por levantar continuamente objetos pesados, por el esfuerzo continuo para evacuar el intestino (estreñimiento crónico), a las repetidas infecciones repetidas en el órgano.

Como efecto del cistocele está la incontinencia urinaria conocida como de esfuerzo, la cual se manifiesta al agacharse, toser, estornudar, reír o subir escaleras, con pequeñas emisiones de orina que no pueden ser contenidas y sin que tenga tiempo suficiente para llegar al sanitario.

La incontinencia urinaria, además de molesta, origina problemas en la autoestima y afecta las relaciones sociales y de pareja. Además, es condicionante de infecciones en el área genital femenina, como lo explica el doctor Tinoco Jaramillo, quien refiere que en el caso del cistocele se forma una especie de bolsa de orina que puede originar acumulación de microorganismos al no haber una evacuación total.

Para determinar con toda precisión el origen de la incontinencia urinaria, la mujer debe someterse a estudios como cistoscopía, uretroestorcopía, uroflujometría y urodinamia multicanal. Si en los resultados se presenta como causa el cistocele, existe la posibilidad de una cirugía que reubique a la vejiga en su sitio, con lo que se puede llevar una vida prácticamente normal.

Por otra parte, cuando el problema de la incontinencia es únicamente de esfuerzo se puede seguir terapia conductual, en donde se asesora a la paciente en ejercicios para fortalecer los músculos del piso pélvico, y en algunas maniobras para toser o estornudar.

No obstante, es prioridad mantener los niveles de glucosa en sangre bajo control y mantener constante comunicación con el médico ante los mínimos indicios de incontinencia. (Agencia ID)



Publicado en http://www.invdes.com.mx/salud-mobil/4545-incontinencia-comun-en-la-mujer-adulta-con-diabetes