Un dispositivo que predice las hipoglucemias nocturnas


SALUD Diabetes tipo 1
  • Un dispositivo que predice las hipoglucemias nocturnas
  • El sistema prevé las bajadas de azúcar en sangre con 30 minutos de antelación 
  • Conectado por Wifi, es capaza de parar la bomba para que deje de administrar insulina 
  • Se trata de un mecanismo en experimentación que todavía no está comercializado 
  • Su uso se vincula con la bomba de insulina y con un sensor que mide la glucosa 

ÁNGELES LÓPEZ Madrid
Actualizado: 11/05/2014

Uno de los problemas más graves de las personas diabéticas que se tratan con insulina es el descenso de sus niveles de glucosa por la noche, conocido médicamente como hipoglucemia. Al estar dormidos, estos pacientes podrían no darse cuenta de este hecho y, si no toman ninguna medida, una fuerte disminución de la glucemia deriva en convulsiones, un coma e incluso la muerte. Precisamente, este hecho pudo ser la causa -todavía sin confirmar- del fallecimiento esta semana de un joven diabético de 20 años en Huesca, tras permanecer desmayado más de 36 horas en un autobús. Para evitar casos como éste, investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) han desarrollado un dispositivo que predice cuándo va a ocurrir una bajada de azúcar y la corrige.

Cuando la glucosa desciende mucho, debido bien a una actividad intensa o por un exceso de insulina, el cuerpo reacciona con una serie de síntomas. En primer lugar suele aparecer sudoración, sensación de hambre y cansancio o mareo. La ingesta de algo dulce suele ser la solución para corregir esa descompensación, si en ese momento la persona diabética se da cuenta. Pero no siempre ocurre esto. "El 20% de las personas adultas con diabetes tipo 1 con al menos ocho años de evolución no suelen ser conscientes de las hipoglucemias, a pesar de la formación que hayan recibido sobre los síntomas. Así lo vimos en un estudio que publicamos en Medicina Clínica", afirma Ignacio Conget, de la Unidad de Diabetes del Servicio de Endocrinología del IDIBAPS-Hospital Clínic de Barcelona.

La diabetes tipo 1 supone el 95% de los casos de diabetes en la infancia y en torno al 10% de los que se dan en la etapa adulta, donde es mucho más frecuente la 2, generada por el sobrepeso y los malos hábitos de vida. En el primer tipo, su tratamiento es siempre la administración de insulina, mientras que en el segundo, se podría controlar con dieta o con antidiabéticos orales. Mientras que las pastillas no suelen dar problemas de hipoglucemia, la infusión de insulina sí que puede generar este problema bien porque la dosis no se ajuste a la cantidad de glucosa o porque la actividad física u otro factor cambie su metabolismo y disminuya más de lo normal el azúcar en sangre. Si a esos factores se une la insulina, el nivel de glucosa baja tanto que puede dar complicaciones, un límite que se sitúa en los 60 miligramos por delicitro de sangre.

El problema, como explica este experto, es que los síntomas típicos de este descenso de azúcar van cambiando a medida que se van produciendo hipoglucemias. Entonces, "se pueden generar confusión que dé lugar a que te equivoques de autobús, que falles un examen o que, en el día de tu boda digas que no quieres casarte (algo que hemos visto en consulta), pero también puede generar agresividad. Esto se debe a que el sistema nervioso reacciona como si le faltara oxígeno. Es uno de los problemas más importantes que tenemos en la diabetes", asegura Conget.



Probado en 45 pacientes

Los investigadores de la Universidad de Stanford han dado un paso más a los sistemas actuales para medir y controlar los niveles de glucosa. Ellos han unido un sensor de glucosa, que se coloca bajo la piel, a la bomba de insulina y ambos se conectan por Wifi a un ordenador. Además, los científicos han desarrollado un algoritmo que calculaba con unos 30 minutos de antelación una bajada de glucosa y, en ese momento, da una orden para apagar la bomba de insulina hasta que el nivel de azúcar se recupere.

El dispositivo fue probado en 45 personas, entre 15 y 45 años, con diabetes tipo 1 desde hacía 15 años de media. Cada persona participó unas 42 noches en este estudio, cuyos datos publica la revista Diabetes Care. Los pacientes durmieron en sus casas y no sabían si el sistema, situado la lado de su cama, estaba activo o no, pues se asignó de forma aleatoria en cada noche. El dispositivo predecía si el nivel de glucosa bajaría de los 80 milígramos por decilitro en los siguientes 30 minutos (un umbral ligéramente superior al que se considera límite) y apagaba la bomba de insulina.

Los datos mostraron que la infusión de insulina fue parada al menos una vez en el 76% de las noches y la duración media de estas desconexiones fue 71 minutos. Según los cálculos de los investigadores, los episodios de hipoglucemia se redujeron más de tres veces. Además, esta actuación no derivó en una hiperglucemia.

Para Mar Espino, jefa del Área de Pediatría y Neonatología de la Fundación Hospital Alcorcón (Madrid), "los resultados son espectaculares. Es un paso más en el control de la hipoglucemia. Lo bueno es que el dispositivo avisa antes y desconecta la bomba, por lo que no hay que meter azúcar extra. El problema con las bombas de insulina que están en el mercado es que, aunque vayan unidas a un sensor de glucosa, no hay retroalimentación. En cambio, con este sistema sí".

Limitaciones

El dispositivo, que está en fase de estudio y sin comercializar, puede tener alguna limitación. "No es perfecto, porque no detectó todas las hipoglucemias", indica Lucrecia Herranz, especialista de Endocrinología y Nutrición en la Unidad de Diabetes del hospital madrileño La Paz, que insiste en la importancia de la educación al paciente. No obstante, Conget insiste en que "la educación es importante pero en algunos casos estas hipoglucemias no se pueden evitar. Ojalá fuera todo abordable con la educación".

Otra limitación podría ser su precio, todavía sin estipular. Aunque las bombas de insulina son financiadas por la sanidad pública, no es así con los sensores de glucosa, que suponen un coste mensual de unos 270 euros. Un inconveniente añadido es que este sistema va vinculado a la bomba de insulina y no serviría, por tanto, para aquellos pacientes que utilizan los denominados bolígrafos para inyectarse la insulina.

"El uso de la bomba de insulina varía mucho de unos centros a otros y también cambia en función de los tipos de población. En la infancia es más complicado su empleo, porque al principio obliga a más controles insulínicos", explica Bartolomé Bonet, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Can Misses de Ibiza, quien señala que "afortunadamente las hipoglucemias nocturnas graves no son muy frecuentes".

De hecho, como explica Conget, nuestro país es especialmente reacio a este sistema. "En España, su uso no llega al 5% de los pacientes con diabetes 1, mientras que la media en Europa está entre el 10-15%, llegando incluso al 20% en otros países, como Francia. Lo razonable, según las guías clínicas, es que la bomba la llevaran entre el 10-15% de los adultos y el 20-25% de los niños diabéticos".

No obstante, como afirma en un comunicado Bruce Buckingham, profesor de endocrinología pediátrica en Stanford y coautor de este estudio, para los que sí utilizan bomba de insulina "un sistema como este debería reducir radicalmente el riesgo de los diabéticos a sufrir una convulsión nocturna. Pacientes y padres podrán dormir mejor, sabiendo que hay mucho menos riesgo de hipoglucemia grave en la noche".

Precisamente, estos investigadores ya están ampliando su estudio a un grupo de pacientes mayor con una edad entre los tres y 15 años. "Muchos padres cuyos hijos son diabéticos se levantan varias veces durante la noche para comprobar los niveles de azúcar de sus hijos. Creemos que este tipo de sistema va a hacer mucho más fácil y cómodo para los niños al no tener que despertarles varias veces en la noche para hacerles mediciones. También los padres podrán descansar mejor", señala Buchingham.

Como concluye, Conget, "esto es lo más parecido a un páncreas artificial. Con él se conseguiría una situación ideal: que los diabéticos se desentendieran del control del azúcar". Aunque, como indica Bonet, "lo ideal sería tener en una sola pieza los tres dispositivos: bomba, sensor y ordenador".


Publicado en http://www.elmundo.es/salud/2014/05/11/536d03af268e3edc0a8b457d.html