España es un país sin un modelo de integración de inmigrantes. Y ¡sorpresa!: es precisamente por eso por lo que el grado de integración de los inmigrantes es muy alto. Hasta el punto de que el 81% de los hijos de inmigrantes nacidos el país saca pecho y dice sentirse español y sólo el 5% afirma haber sido víctima de discriminación en los últimos tres años.
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