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La civilización como fracaso: foto sin shop, Gustavo Dessal


En un texto escrito especialmente para la agencia Télam, el escritor y psicoanalista argentino Gustavo Dessal, radicado en España desde 1982, reflexiona sobre algunos efectos de la cultura de la imagen, cuando en nuestras sociedades, huérfanas del sentido de la tragedia, se enfrentan, sin desear, menos a la brutalidad del dolor que a una “ignorancia” que lo promueve y promociona, y que lo hace circular como valor de cambio y de uso.
Por Pablo E. Chacón 

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Los cascos azules


Las Fuerzas de Paz de la ONU, popularmente conocidas como los cascos azules debido al color de los mismos, son cuerpos militares encargados de crear y mantener la paz en áreas de conflictos, monitorear y observar los procesos pacíficos y de brindar asistencia a ex combatientes en la implementación de tratados con fines pacíficos. Actúan por mandato directo del Consejo de Seguridad de la ONU y forman parte miembros de las fuerzas armadas y policiales de los países miembros integrantes de las Naciones Unidas integrando una fuerza multinacional.

Orígenes

La primera operación de mantenimiento de la paz fue la UNSCOB (United Nations Commission for the Balkans), dispuesta por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución n.° 109(II) del 21 de octubre de 1947. Se llevó a cabo en Grecia entre octubre de 1947 y febrero de 1952. La fuerza multinacional estableció su cuartel general en Salónica (Grecia) y fue integrada con miembros de Australia, Brasil, China, los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, México, los Países Bajos, Colombia y Pakistán.1
En 1948, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas abogó por la creación de una fuerza multinacional que pusiese fin y supervisara el cese de las hostilidades entre Egipto e Israel. Esta misión no fue militar, sino que estaban presentes como observadores.
Una misión, que no corresponde con sus presuntos objetivos, fue su participación en el conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur en 1950, en el cual intervinieron por mandato del Consejo de Seguridad —el cual sesionó en ausencia de la Unión Soviética— tomando parte en forma directa en este conflicto armado.
En 1956 se dispuso una operación de paz durante la crisis del Canal de Suez por una resolución presentada a la Asamblea General de la ONU por el ministro de asuntos extranjeros canadiense Lester Bowles Pearson. Posteriormente han actuado en otros conflictos en Oriente Medio, Líbano, Chipre, Mozambique, Somalia, Bosnia, etcétera.
El origen de los “llamativos” colores, tanto de sus cascos como de sus vehículos (blanco), se aprobó puesto que se quería dejar claro que se trataba de un cuerpo de paz fácilmente identificable, que no necesitaba camuflarse o pasar inadvertido para cumplir sus objetivos.

Objetivos 

Los Cascos Azules o Fuerza de mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas tienen la misión de:
Supervisar el cumplimiento del alto el fuego.
Desarmar e inmovilizar a los combatientes.
Proteger a la población civil (dando medicinas y alimento a la población más pobre)
Realizar el mantenimiento de la ley y el orden y entrenar una fuerza local de policía.
Limpieza de minas los territorios.
Velar por el desarrollo de la paz y la seguridad en el mundo.
Misión principal es apoyar la solución de conflictos entre países y entre comunidades dentro de un mismo país.

Polémicas

A pesar de que los objetivos de los Cascos Azules son la solución de conflictos y el mantenimiento de la paz, en varias ocasiones han sido objeto de críticas por parte de actuaciones contrarias a los derechos humanos. Uno de estos casos tuvo lugar en Ruanda en 1994, cuando los Cascos Azules fueron acusados de abandonar a los tutsis a manos del exterminio hutu.2 Otro ejemplo más reciente fue lo ocurrido en Haití en 2007, cuando un centenar de los integrantes de las tropas fueron acusados de abuso y explotación sexual contra la población. Estas tropas fueron sustituidas por Cascos Azules formados exclusivamente por mujeres, 600 en total.3
En junio de 2015, la revista estadounidense Foreign Policy reveló una investigación interna de Naciones Unidas sobre un posible ocultamiento de denuncias por abusos sexuales a menores de edad perpetrados por Cascos Azules de la ONU y fuerzas de paz de Guinea, Chad y Guinea Ecuatorial en misiones en África. En total hay 13 abusos sexuales a niños documentados por parte de 16 soldados en un campo de refugiados en República Centroafricana, denunciado por Anders Kompass, quien presentó la denuncia ante autoridades de Francia.4 5 Los testimonios de las víctimas habían sido filtrados en el diario británico The Guardian.6
Un tribunal integrado por tres jueces independientes convocados por Ban Ki-moon, llegó en diciembre de 2015 a la conclusión que los funcionarios de la ONU, encabezados por Susana Malcorra, de Jefa de Gabinete de la ONU, habían intentado silenciar y ocultar los abusos,6 4 7

Premios concedidos

En 1988, cuando Javier Pérez de Cuéllar era Secretario General de la ONU, los Cascos Azules se hicieron acreedores al Premio Nobel de la Paz gracias a su labor pacífica "por la participación en numerosos conflictos desde 1956".
En 1993, los Cascos Azules de la ONU destacados en la antigua Yugoslavia recibieron el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

Desahucios y salud



Queremos compartir con todas vosotras este vídeo sobre la relación entre desahucios y salud. No ofrece una perspectiva específica sobre el impacto en salud mental, pero los testimonios recogidos dejan clara la conexión existente entre la presión ejercida por las ejecuciones hipotecarias y el sufrimiento psíquico. Sin embargo, la principal razón que nos ha llevado a subirlo a nuestra web es la estrategia y el sentimiento compartidos que encontramos entre la lucha contra los desahucios y la funcionalidad de los grupos de apoyo mutuo en salud mental. Continuar leyendo

Los médicos nazis


“Les dije, escuchadme muchachos, si realmente vais a matar a toda esa gente, sacadle al menos el cerebro para que puedan ser útiles. Ellos me preguntaron, ‘¿cuántos podría analizar?’ Yo les dije, ‘un número ilimitado, cuantos más, mejor”.
Estas palabras las pronunció el neurólogo alemán Julius Hallervorden. Aquel hombre fue uno de los médicos que más aprovecharon las políticas nazis de “eutanasia” para llevar a cabo sus experimentos neurológicos. Él mismo extrajo 697 cerebros de los cadáveres de pacientes de epilepsia, esquizofrenia y otras enfermedades neurológicas que el régimen de Adolf Hitler englobó bajo términos como “idiotas” o “comedores inútiles” y que fueron asesinados. Sus cerebros eran enviados a laboratorios de toda Alemania donde científicos como Hallervorden los estudiaban a sabiendas de que provenían de gente asesinada. En 1945, el programa de “eutanasia”, justificado años antes como una medida para ahorrar dinero público y camas para los soldados del frente, había acabado con la vida de 275.000 personas. Continúa leyendo