hace un par de años hablar de crisis era un tema recurrente. La gente discutía, proponía soluciones, buscaba culpables, propagaba recetas. Hoy no. Al menos en mi entorno ese tema ya no se toca tanto.
La crisis ha pasado de ser un tema de debate, a veces frívolo, a ser la "bicha" que ya golpea a algunos y que cualquier día puede morder al resto. Hubo un tiempo de vacas gordas en que quien se quedaba sin trabajo lo hacía voluntariamente o porque era el más burro de la oficina, pero ahora, cuando al tío más capacitado de cada casa se le cargan a ERE limpio, ... la perspectiva cambia. Ahora miramos al que se ha quedado sin trabajo con mucha lástima y con una tremenda empatía, poniéndonos inmediatamente en su lugar.
Es triste que hayamos necesitado esta mala racha para darnos cuenta de que hay gente a nuestro alrededor. Nosotros, los del primer mundo, los que no trabajamos hasta los 25 años, los que fuimos de vacaciones con el dinero papá y mamá ... los triunfadores que nunca nos hemos quedado en paro, ahora tenemos a la "bicha" cerca.
Menos mal que nos queda la solidaridad, y estamos aprendiendo a sufrir juntos. En los malos momentos, por suerte, también sale lo mejor de muchos.