Se fue. Dejó la puerta del patio abierta y subió rápidamente las escaleras hacia la azotea, donde se esconde cuando las cosas no salen como él quiere. Pensé en subir, disculparme, pero me quedé sentada. Escribí un par de cosas, tomé un vaso de agua con gas, me fumé un cigarro y lo oí bajar. Me di cuenta en ese momento que todavía no elijo en esta casa un lugar donde esconderme.
escondite
Hambre
"Mohamed tiene 32 años y los pómulos hundidos por una gran delgadez y solo la bata blanca lo diferencia de los pacientes. Él es uno de los 40 enfermeros del hospital, todosellos voluntarios sin sueldo, igual que los 15 médicos, los 90 auxiliares y los casi 100 limpiadores y administrativos."
Foto y texto de El País, 12 de agosto del año 2011. hoy.
Cuelgo "esto" en el blog no sólo porque me espante que la gente muera por cientos en un lugar para muchos ignoto y donde el 100% de nosotros nunca hemos estado, sino por la fotografía. Un niño ¿vivo?, un sanitario presuroso y una madre hierática, resignada quizá. Si tuviéramos ocasión de abrir la fotografía veríamos un espectáculo dantesco, con decenas de hatillos conteniendo niños como éste. No hay camas, no hay médicos, no hay medios para enterrar a los cadáveres, pero sobre todo no hay comida. El sanitario de la foto no va a inyectar ninguna medicina milagrosa a ese ser diminuto e indefenso. Simplemente le va a administrar comida.
Mientras tanto, en Europa duelen las "ventas a corto". Hoy el mismo periódico de donde extraigo esta fotografía dedica 8 páginas a los mercados, cuando lo habitual son tres o cuatro. No es de extrañar pues que nuestros niños sepan lo que es la Bolsa, pero no lo que es el Hambre.
MILITANTES, una paz interrumpida. TRAILER
Con la firma de la paz en Guatemala, se cerraba un ciclo político de lucha y movilización, y la ilusión de miles de hombres y mujeres que anhelábamos una nueva Guatemala.
Quince años después, las causas que originaron el conflicto armado en el país siguen existiendo.
Solo reconstruyendo nuestra historia de lucha y rebeldía podremos entender el país como lo soñaron nuestros mártires.
Un nuevo mundo
Hermana, a veces, justo antes de que el contramaestre nos despierte a gritos y empellones, sueño con nuestras montañas, y me veo a mí mismo en la parte más alta del monte, desde donde en los días claros se divisa con claridad la silueta de las murallas nuevas de Turégano. Al despertar el aroma de los pinos se cambia por el olor a salitre que lo impregna todo, y casi deseo que uno de esos horribles monstruos marinos de los que habla el viejo García acabe con todo esto. Este viejo es de Guadalajara y como yo, uno de los pocos nacidos lejos del mar. No obstante, "la mar" como el dice, hace ya siglos que se coló en sus ojos acuosos. Esos ojos sin fondo que a veces te traspasan. Dicen en la nave que García ve el futuro y yo, que desde que hace un año salí de Collado he visto tantos prodigios, diría que así es.
Antes, cuando el segundo piloto me dijo, "Gonzalo, tú eres el siguiente para subir a la cofa", vi como el viejo miraba al marinero de Triana, a ése tan callado del que todos se mofan, y oí como murmuraba "No te esfuerces, Gonzalo. No serás tú quien primero divise tierra. Lo hará Rodrigo, el de Triana, y bien pronto ".
Miro hacia arriba y entre el trenzado de la jarcia se ve al pobre Rodrigo. Para él la fama. Ni la recompensa prometida por el almirante, ni el honor me recompensan del error que cometí el día que abandoné nuestra tierra segoviana. Hoy sólo quiero volver, aunque sea sin un maravedí en el bolsillo. Así que ojalá divisemos ya ese maldito Cipango ...