Te

Extraño
Tu cara
Tu pelo
Tus cachetes
Tus pecas
Tu espalda peluda
tUs dientes sin lavar
Tu estómago sonando
Tus ronquidos
Tus mañanas
Tus ojos cerrados
Extraño lo lento que despiertas
Tu pelo pegado a tu frente
Tu baba en mi almohada
La cama entera tomada por ti
Extrañaré mi borde
Mi vaso con agua vacío
Mis chocolates que se acababan
Mi televisor en el fútbol
Extraño tu barba
Tus uñas ocultas
Las medias eternas
Los calzoncillos viejos
Tus polos nuevos
Extraño mis ojos mirándote
Mi boca besándote
Mi lengua en tu cuello
Y tu ombligo
Mis susurros en tu oído
Tus besos en mi hombro

Extraño quererte en vivo

Lo que eres


Eres a lo que no vuelvo.
Un recuerdo guardado, casi perdido de tan poco buscarlo.
En el desorden de mi vida estás traspapelado
Sobre ti hay ya muchas cosas
Pero las pocas veces que se detiene un rato el mundo
Y una luz entra cálida en mis ojos
Noto recién que eres la mesa que lo sostiene todo
El armario que contiene mi vida
Esa luz que entra por mi ventana.

No dijo nada. Era mudo.

Juan Francisco era mudo. Por defecto de niño. Por decisión de adulto.

Lo último que dijo fue:
Esto no me gusta nada.

edificio




Se escuchan pasos arriba.
Al lado una mujer le grita a alguien que no responde.
El agua chorrea por todos lados.
Corre por el suelo,
gotea en la cocina y en el baño,
aparece de la nada.
Es algo que no me gusta,
dejar correr el agua como si no importara.
Tampoco la pelea al lado,
que sigue sin respuesta y todavía no termina.
Pero me gustaría saber
a dónde llevan esos pasos
que oigo desde aquí.
Y a qué me recuerda
el silbido del portero
en las mañanas.
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a un costado

Te arrimé como se arrima algo grande. Pesado. Viejo. De a pocos. Con el hombro, y las piernas y las manos. Primero un lado, se separa de la pared. Voy al otro, empujo, con hombros manos y piernas que se han cansando un poco. Te saqué de ahí ya. Te separé de tu sitio. Quedé libre. Con una marca. ¿Una mancha?

Parece que sigues por aquí.

blur

Dos vinos
Y la pipa
Horas sentada
Pensando en mil cosas que no sean tú
Hay varias. Si realmente las buscas aparecen.
Quién lo diría.

Las hablé todas
Una por una
Al final de la noche
Tengo la boca morada
La cabeza frita
Los ojos a la mitad
La garganta molesta
Y todo
Y nada
Igual eres mi tema que no se calla
Eres esa tercera persona que no está
Ese imaginario que llega viene, me habla y me da un beso
¿Y de qué estaba hablando ella frente a mi?
No me dejaste oír
Y ahora desapareciste
Y me perdí la mitad de la conversación
Retomar sin que note que no estuve aquí
Claro.


Mi cigarro 19 en mi boca. ¿Serán muchos para un domingo?
Tu dirías que sí. Lo sé. Pero sólo si te lo preguntara
Maldita manía la de no decir nada
Ni que fueras mudo maldición
Dime que no te gusta
Di
no me gusta
repite
No
Di
No- me- gus- ta
Di

No

Eres así. Qué puedo hacer. No te cambiaría. Sólo me iría.