El caso es que, a pesar de todos esos foráneos, España está en la final. Y para celebrarlo, me he ido a desayunar y luego a la playa. Qué guapas estaban hoy las chavalas viguesas, se nota que vibran con la selección. Y los negros, ¿qué decir de estos inmigrantes servidores del acervo patrio? decenas de ellos vendiendo artículos rojos y amarillos y la gente, olvidándose de sus penurias, haciendo cola para comprarlas. ¿Quién dijo crisis? siempre hay unos ahorrillos para lo importante, y no seré yo el que pase hoy por mal patriota por no colgar una banderita en el balcón.
Para los que simplemente somos fanáticos del fútbol, hoy es un día importante, (incluso aunque los uruguayos me fastidiasen ayer 164€ de porra, cago en ... ) y disfrutaremos de la final pase lo que pase. España ha llegado tan lejos como nunca antes. Olé por ellos. Lo triste es que como buen madridista, hoy terminan los gloriosos días en los que he animado a Iniesta y Xavi como si me fuera la vida en ello. Puyol, querido ... lo nuestro no puede continuar. Snif.
¡tulipanes traidores!