"Me presento ante vosotros pobre y humilde ..."
(comienzo de la primera homilía del monseñor Munilla una vez nombrado nuevo Obispo de San Sebastián)

Mira que me cuesta imaginarme un obispo "pobre y humilde".

Con tres abujeros (h)


Que facil, una bola pesada, tres ojeros para tres dedos, corazón, indice y pulgar, pues nun ye asín non, corazón, anular y pulgar ajaaa ahora si.... Esta tirao hacer "pleno", me gusta mas que jugar a los dardos por que pa meter una en el centro ufff tres dias....
Los bolos de yanquilandia, como el Macmorras, la Pizza, el Curry, el pastor aleman, todo de fuera. Lo de aquí tambien tiene su importancia, a aguillada un palo para dirigir las vacas al prado, con una punta insertada en el extremo a forma de pincho, para que el animal responda inmediatamente a la orden del ganadero...¡¡¡VACA B !!!!

ver gris


Ruta de supervivencia siguiendo al Yetty (el de las nueve) Tenemos una asombrosa capacidad para pasarlo bien. Nieve, mucha nieve, 5 aventurer@s, 2 tototerrenos, una montaña GOIA, Te y Ferreiros Roches. No tardó en quedar un vahiculo en la nieve, sin poder salir.....planeamos una estrategia, con la ayuda de cuerdas y herramientas para liberar de nieve, practicamos unas rodadas largas, sin más problemas logramos salir....
Despues lo de ARROULARSE en la nieve, espido, y el baño recomfortador al aire libre, de noche, con el coche a 24ºc esperando, eso ya es propio de VER GRIS el último supermuriente.jajajajaja
Cosas de la política ...

Vuelve el año y vuelven los diputados a sus escaños. Iba a decir, a trabajar a sus escaños, pero no he podido escribirlo, pues lo que realmente pienso es que van a dormir, a bromear, a patear y abuchear o a hacer los coros a su jefe de filas. Me suelo preguntar si ha cambiado mucho la cosa a lo largo de los siglos, pero una anécdota que descubrí hace poco me lleva a la conclusión de que mientras el humano ha evolucionado mucho en dos milenios, el político no lo ha hecho apenas.

Allá por el siglo I antes de Cristo vivió en Roma una mujer singular, Servilia. Fue hija, madre, hermana y amante de políticos. Debía ser bella, pero lo que hizo que muchos la desearan fue, sobre todo, su poder. El que se llevó el gato al agua fue Julio César, de quien fue amante muchos años. Tanta fue su influencia en este período de la historia que la mitad de las películas o libros sobre la muerte de César la sitúan avisando a su amante del complot para matarle. La otra mitad, sugieren que fue ella la mente que diseñó el crimen.


Servilia, encarnada por Lindsay Duncan en la serie televisiva "Roma"

A lo que iba, a la anécdota: se dice que, durante una importante reunión del Senado para juzgar la conspiración de Catilina, Julio César recibió una nota en su escaño. Mientras la leía fue descubierto por su mayor enemigo en aquél parlamento romano, Catón, quien creyó que la nota tenía algo que ver con la conspiración. Seguro de sí, César afirmó que el mensaje venía de su amante pero Catón no le creyó. Entonces, César le entregó la misiva para ser leída en público. ¡Cuál sería la sorpresa de su oponente cuando leyó una carta de amor cuya remitente era Servilia, su propia hermanastra!.

Lamentablemente, en esta ocasión la vida sí puso "a cada uno en su sitio" tal y como siempre dice mi amigo Jesús, y sólo unos pocos años más tarde el hijo de Servilia y ahijado de Julio César, capitaneó el grupo de asesinos que dio muerte al gran estadista, en las mismas puertas del Senado.

"Donde las dan, las toman", que dicen por estos lares castellanos.
La nieve

La “Morucha” está inquieta. Igual que las otras. Una a una, las vacas han ido acercándose al círculo de piedras como hacen siempre cuando la tormenta arrecia. Busco la cima del monte y no alcanzo a distinguirla a través de la nevada, sin embargo, el caminar de la niebla y la dirección del viento me cuentan que esta noche también habrá hielo en el Elenco. Es entonces cuando vuelvo la vista hacia el ganado y veo que ya están todas aquí, de vuelta, incluso la “Rubia” con su chotillo recién nacido. Menos mal pues ya anochece y no habría tenido fuerza para ir a buscarlos en medio de esta ventisca que no cesa.

Frío invierno éste. Aún no acaba diciembre y ya ha nevado cuatro veces. A este paso será como el año que conocí a Adela. Nadie hubiera imaginado que un niño se enamoraría perdidamente de una chica que le doblaba la edad, pero cómo no enamorarse a la vista de unos ojos que hablaban y de aquella boca que cantaba palabras burlonas frente a un mocoso que ya ni oía ni veía.

También nevaba aquél día en la feria de Navafría. Yo tenía sólo seis años y acompañaba por primera vez a padre al mercado de ganado más grande de la zona. En aquella ocasión no íbamos con intención de comprar ni vender, sólo a intercambiar noticias con otros ganaderos. No solía faltar nadie al evento más importante del Otoño y era una buena ocasión para enterarse de todo lo que acontecía en la comarca.

La nieve había aparecido de repente y en lo alto de la meseta donde se celebraba el mercado el frío era intenso incluso a mediodía. Supongo que mi padre pensaba en mí cuando entró a guarecerse en la tendezuela de Vicente, “el de la Barranca” pues todo el mundo sabía que no les unía una especial amistad.

En el chamizo hacía calor y olía ligeramente al estiércol de los burros y mulas que se apelotonaban afuera. Vicente se afanaba en servir vino a los parroquianos que hablaban a gritos sobre aquél caballo o de aquélla vaca. Entre los lienzos de tela gruesa que protegían del frío exterior se maldecía y se fumaba un tabaco apestoso pero fue allí, en aquél lugar que a mí me daba más miedo que calor, donde Adela me encontró. O eso dijo muchos años después.“te encontré,… te encontré” repetía como en una letanía mientras yacía acurrucada entre mis brazos, con sus piernas siempre frías enlazadas con las mías. Sí, fue una suerte que mi ella me encontrase.

Ah, aquéllas piernas, largas y blancas como estos copos de nieve que cuajan sobre la ladera.

Son ya dos noches esperando a que deje de nevar y noto que las vacas se inquietan. Pobrecillas, este torpe pastor ya no las cuida como antes. La vieja cabaña que les construí perdió el tejado el último invierno y ya no valgo para cubrirlo de nuevo. Aunque sé que no quedan muchos hombres en la aldea que tengan más edad que yo, realmente nunca fui de los más fuertes. Y menos ahora que sé que poco le queda ya a este viejo zorro. Quizá ellas lo presienten y por eso temen más de lo habitual a la tormenta. Las vacas saben muchas cosas.

Bah, hacía mucho tiempo que no pensaba en ella. Debería venir más a mi memoria , como hacía antes, pero las montañas son extrañas y mientras unas veces hurtan los recuerdos, otras los liberan de golpe llenando los valles de espectros del pasado. Y los espectros casi nunca vuelven para nada bueno.

Debería volver al círculo de piedras, pero los músculos no me responden. Maldito mareo, ¡y estas piernas inútiles!. Arrastrándome como hago ahora se va a hacer de día antes de que alcance el abrigo de las rocas y del ganado. Adela, cuánto me alegro de que hoy te hayas pasado por aquí a recordarme aquéllos años. Hoy seguro que hubieras sido tú la que te hubieras quejado de mis pies helados. Míralos, cubiertos de nieve aunque por alguna razón no siento frío.

Ven, acércate, ya no quiero avanzar más. Aquí estoy bien contigo.

Qué suerte que me hayas encontrado …
Fin de año con los Beatles

algo de buena música para despedir este 2009.

¡Muera el buzón!

no sé vosotros pero a mí el correo me satura. Y no me refiero al correo electrónico, sino a las cartas de toda la vida. Diariamente me llegan 4 ó 5 sobres de bancos, de tiendas, de tarjetas de no sé qué o no sé cuál, de papeluchos varios que se van acumulando hasta que los abro en un rato perdido del fin de semana. Además, no sé qué tiene el papel, pero igual que cuando me llega una información del correo electrónico la despacho enseguida, me cuesta mucho tirar un papel a la basura si no lo he leído y releído.

Por suerte mi conciencia ecologista me ayuda en esta tarea y ya he pedido a los suministradores que me manden las facturas por Internet. Primero fue el proveedor de aDSL. Con la compañía del gas y de la luz tampoco ha habido problema, pero con los bancos no hay nada que hacer. Lo que les cuesta evolucionar, oye.

¡Si incluso los bancos on-line me mandan papelotes a casa!.

Harto estoy, y ya me he decidido, no voy a abrir la puerta a ningún cartero más. No, ni siquiera a ti. No insistas. Mi decisión es inamovible ...