Frikis

es éste un calificativo muy usado últimamente, sin duda y probablemente pronto entrará en el Diccionario de la Real Academia. El término probablemente tiene su origen en el inglés , "freak" , que hace referencia a algo deforme, a veces monstruoso. A finales del siglo XIX y principios del XX proliferaron los circos que, además de payasos y malabaristas, mostraban a enanos, gigantes, siameses, y otros prodigios humanos. Estos espectáculos recibían el nombre de "Freaks Circus" y dieron origen a una polémica película de los años 30 que inspiró cómics y canciones varias en los años 70.


Al margen de estos retazos de Historia, el friki de hoy sigue siendo un tío raro. Proliferan los obsesos de los juegos de ordenador, de los "gadgets" electrónicos o fanáticos de las nuevas aplicaciones para el móvil.  La sociedad les tolera, qué remedio, aunque pueden llegar a ser insoportables. Cómo no ser comprensivo con ellos; también es insoportable el que nos taladra todo el día con comentarios de fútbol, o la que puede pasar una tarde entera hablando de la reforma que ha hecho en casa ( nótese que el género empleado no es casual). Qué decir de los que creen que sólo ellos han visto la película tal o cual, o de los que están de vuelta de todo y siempre tienen un consejo en la boca.

Al final, el friki moderno no es más que un tío pesao, pero pesao de verdad. Erudito de todo y maestro de nada. Jamás se me ocurriría llamar friki a Einstein, aunque fuera un obseso de la Física.