el cerdo

esta mañana apenas había tráfico en la carretera, pero al llegar a la "cuesta de los dominicos", en la entrada a Madrid, se ha formado un poco de atasco. Todos parados, unos resignados, otros enfadados. Detrás tenía un Mini, que en los siguientes dos o tres minutos ha cambiado de carril al menos cuatro veces. Lo he tenido, delante, detrás y al lado casi sin interrupción. ¡Qué nervioso el tío!. Me he empezado a fijar en él mientra se movía de un lado a otro buscando el carril mágico, una especie de vía 9 y 3/4 como en las pelis de Harry Potter.

El caso es que el sujeto molestaba a alguien cada vez que se cambiaba de lado. Qué plasta, oye. A éste pavo no importaba nada el resto. No le importaba que los demás también quisieran llegar a sus trabajos a tiempo. No le importaban las normas de tráfico. No le ha importado tirar una colilla por la ventana. Seguro que ni sabe que está prohibido tirarla.

Cuando se ha deshecho el atasco, y a pesar de todos sus esfuerzos, el tío estaba otra vez detrás de mí. Le he esperado para verle el careto. Bingo. Cara de gilipollas. Pijete y relamido. No he podido evitar desearle otro atasco antes de que llegara a su destino. Je, je.

Mientras le observaba hacer el indio, he pensado en el mal que tanto aqueja a la sociedad actual: la falta de respeto. El hombre del Mini probablemente mantenga su actitud tras aparcar en su garaje. Faltará al respeto a su mujer, a sus hijos y a sus amigos, al equipo rival, a su jefe, a sus empleados ... a todo el que se encuentre. Y es que las actitudes ante la vida, como ésta, son tan reflejas que hay muy poca gente capaz de comportarse como un caballero en unos ambientes y como un cerdo en otros.
Normalmente, o eres lo primero, o eres lo segundo.
Comecocos

Esta semana asistí a un curso de "Inteligencia Emocional", tema que me ha sonado siempre a libros de auto-ayuda, terapias de grupo y cosas así. Así que la convocatoria (era un curso de empresa) no me suscitó excesivo entusiasmo (Sí, yo soy uno de esos ignorantes que creen que el psicólogo sólo es necesario para el que lo necesita).

La conductora de las actividades era psicóloga desde luego, y siendo consecuente con mis prejuicios sobre su gremio, desconfié enseguida de ella. Sobre todo al principio, nos mareó con preguntas capciosas, conclusiones dirigidas y mucha retórica ... todo ello disculpable, pues de todo eso hay en la vida diaria, y al menos a ella le pagan por hacerlo.

En cualquier caso, he de reconocer que el curso estaba bien montado. Las sesiones fueron intensas e interesantes y la gente participó mucho. Se trababa de ver la importancia que tienen los sentimientos sobre nuestra actividad diaria, laboral y personal. El auto-examen de nuestro interior, como medio para canalizar nuestra respuesta al exterior fue el objeto de la práctica. Pero, no sé, me daba la sensación de que para llegar a conclusiones simples complicaban mucho la explicación.

"Conócete a ti mismo" nos dejó dicho el bueno de Sócrates. Nada tan puro y sencillo como ese aserto, aunque ahora necesitemos libros enteros y carreras universitarias para decir lo mismo.

La psicóloga hablaba de reducir las cosas negativas que tenemos en nuestra mente, sentimientos destructivos que dificultan nuestra relación con el entorno. Y daba por supuesto que todos tenemos una especie de conflicto interno. "No estoy de acuerdo", le dije. "Estoy seguro de que hay mucha gente feliz consigo mismo, esos de los que decimos que están encantados de conocerse". No lo encajó bien y en ese mismo momento, el curso comenzó a interesarme menos.

Digo yo, ¡qué manía tiene la gente de meterse en la mente de los demás!.


las manos frías

La practicidad
La materialidad
Mis manos una piedra fría
Mis ojos sirviendo de mira de francotirador
Esperando
A que asomes la cabeza
A que te quedes quieto
A que repitas los movimientos que ya observé
Los que espero
Los que mido, así, como suena
Al acecho de ti
Cuando te veo
Y te respiro
Te aspiro
Te succiono
Y no lo sabes
En qué trampa te has metido
No sabes
Pero mis manos se calientan cuando las pongo sobre ti
Y entonces no disparo
Todavía no disparo.
O todo o nada. O blanco o negro.

De 1970 a 2000 España construyó un templo dedicado a la corrupción política. Figuras de todos los grupos parlamentarios han ido poblando titulares por sus chanchullos durante este largo período. Recalificar terrenos protegidos, dar empleo público a los amiguetes o famililiares, contratos a cambio de comisiones o sueldos bajo mano a otros políticos ha sido una constante en estos últimos años (en la dictadura no sé si se hacía, no tengo datos, aunque me supongo que no sería muy diferente).


El cénit fueron los años 80. La cultura del "pelotazo" no sólo existía sino que se alababa. Las revistas de "análisis" político como "Tribuna", "Época", "Panorama", etc ... poblaban sus portadas con las fotografías de los triunfadores del momento, empresaríos de día, juerguistas de noche. Se jaleaban tanto sus éxitos especuladores como sus aventuras en cama ajena. Mario Conde, Mariano Rubio, los primos de nombre Alberto, combinaban complicadas operaciones financieras con romances turbulentos. Pronto se sabría que no sólo se acostaban con modelos, sino también con "testaferros", comisionistas, y variada chusma del hampa.






Hoy estamos en la orilla contraria. Un PSOE acojonado por la palabra "corrupción" desde los escándalos que derribaron el gobierno de Felipe González busca derribar a los jerifaltes del PP escarbando en sus debilidades monetarias. El nuevo PP, por su parte, trata de contrarrestar los últimos escándalos buscando lo mismo en el partido de enfrente. El resultado: se olvidan del país y sueñan con el rival. Al menos una nota positiva: jamás en este país hubo tal persecución contra los corruptos. No es buen momento para los negocios turbios en esta pequeña península.

España es un país excesivo. No hay duda. Cosas de latinos.
¿Censura en Televisión Española?

hoy conducía hacia casa cuando el partido de final de la Copa del Rey estaba a punto de comenzar. Venía escuchando "Rock&Gol", una emisora de música y deportes que pertenece a la COPE. Cinco minutos antes del comienzo, cuando sonaba el himno español a través de la emisora sólo oí silbidos y abucheos. Sobre ellos, la voz de Abellán narrando que lo que oíamos no lo estaban dando por la tele. De hecho, por la tele no se estaban transmitiendo imágenes del campo en ese momento. Inaudito. Los Reyes en el palco, el himno sonando, y TVE dando imágenes de una peña del Athletic en Bilbao ¿¿¿???

He llegado a casa y me he puesto a ver el partido. En el descanso, TVE ha pedido disculpas por "un error humano" que habría impedido transmitir el himno. Inmediatamente han puesto ese minuto perdido de la transmisión. El himno se oía alto y claro, con primeros planos de los jugadores formados sobre el cesped. Ninguna imagen general de las hinchadas excepto una toma de un seguidor del Bilbao ¡con la mano sobre el corazón mientras sonaba el himno!.

No sé. Mañana leeremos algo en los periódicos sobre esto. Yo no me creo nada y me parece escandaloso. Desde los aplausos enlatados que puso el amigo Urdaci a la boda del príncipe no había visto nada igual. ¿Democracia? ... ¡y una mierda!

Ah, en el campo, lo de siempre: 4 -1 para el Barça. Felicidades al campeón y al Athletic por llegar hasta la final.