Vecinos y vecindad

Vivo en uno de esos edificios "de ahora" que abarcan una manzana entera. Los pisos se agrupan alrededor de un patio común con piscina y parquecito, todo rodeado de una reja para que ninguna persona ajena pueda colarse.

Respecto al exterior mi edificio no se diferencia en nada de cualquier otro de los que hay en los barrios residenciales (antes "ciudades dormitorio") de esta nuestra capital del reino. Y es una pena, porque la falta de personalidad del edificio se transmite al barrio y por ende, a la ciudad.

En estos tiempos de anonimato, en los que vamos de casa al trabajo y viceversa, procuro salir a comprar a los (pocos) establecimientos del barrio. Tampoco es que haga muchas relaciones esas tiendas pues los tenderos no duran ni siquiera unos meses. Total, que al final hacemos las compras grandes en hipermercados y tenemos suficientes pasatiempos en casa como para no tener que abandonarla en días. Así que cuando de vez en cuando nos encontramos a un vecino en la puerta del garaje (porque que el portal no lo vemos más que en fin de semana) nos miramos uno al otro desconfiados pensando si este será el ladrón de motos del que se habla en la Comunidad.

Hombre, no digo yo que el edificio tenga que ser el 13 de la Rue del Percebe, pero un poquillo de cercanía con mis 98 vecinos y sus familias no estaría mal.

Este año he observado que en verano las cosas van algo mejor. La piscina une. Como tenemos poco cesped, las toallas se juntan y el roce hace el cariño. Ya me he fijado en que, sobre todo entre las mujeres, se han creado algunos grupillos que hablan de otros al descuido. Una de nuestras vecinas nos contó en una de esas tardes que no le gustaba juntarse con otras madres porque marujeaban continuamente. Cinco minutos después nos contó con pelos y señales la pelea matutina de los del segundo. La había escuchado a través de la pared.

Los hombres también tenemos lo nuestro. Practicamente a todos los chicos que conozco del edificio les he conocido en alguno de los bares de nuestra calle, viendo el fútbol de los domingos o durante el pasado mundial. Con nuestra profundidad intelectual, a los hombres sí nos es fácil relacionarnos, je, je. Que tiendas no habrá muchas, pero bares ...