Ellas

No entiendo mucho de mujeres pero no concibo mi vida sin ellas. Me encanta disfrutar de su compañía, Las observo, las escucho, en ocasiones las consuelo, y desde luego las adoro, pero lo que es entender, entenderlas … nones. Eso sí, de hombres sé un montón. Casi siempre puedo prever el siguiente paso de un tío, algo que me resulta casi imposible respecto a una mujer.

Y no me extraña, la verdad, pues estas criaturas adorables continuamente dicen que la vida es muy complicada y que las relaciones entre hombres y mujeres son más complicadas aún. Mientras se quejan de ello, nos miran con cara de extrañeza y nos reprenden por ser tan simples.

Probablemente tienen razón, sí, nos pasamos de intrascendentes. La conclusión más profunda que surge de una conversación de hombres sobre alguna mujer es “olvídalo, las tías son así, ¿otra copa?”. Y digo la conclusión más profunda, porque si hablamos de la más habitual es algo como “pero resumiendo ... ¿te la tiraste o no?”.

Definitivo, tiene mérito ser mujer y no morir en el intento. Yo me hubiera vuelto “loca” hace tiempo si no tuviera este magnífico "cortafuegos" masculino de la simplicidad que me garantiza no dar muchas vueltas a las cosas. Pobrecitas Maitena y sus congéneres. Debe ser frustrante explicarle a un ser estúpido con las preocupaciones de una ameba lo jodida que es la vida.