Un día en que en un minuto se deciden millones de minutos futuros.
Cómo va tener sentido eso.
No sé nada de decisiones. Nunca lo he sabido. Pero se me va acabando el plazo para tomar una, sólo una, y no puedo evadirla más.
Los aviones me van a traer de regreso, aquí, que es lejos, o cerca, todavía no lo sé.
El proceso en que lo que está lejos empieza a acercarse mientras que lo que sentía cercano se aleja y se coloca a todos esos miles de kilómetros de distancia, que es donde están, donde siempre estuvieron, ese proceso me punza justo en medio de mí.
La que se mueve soy yo. Lo sé. Todo está quieto, la vida giro lento.
Un par de pasos no me pueden llevar tan lejos.
¿O sí?