Llevo un tiempo oyendo que un amigo ha obtenido esto con tal entrenamiento. He escuchado que si este sistema consigue estos otros resultados y que este entrenador si que debe saber si ha obtenido esos resultados con un determinado cliente o incluso consigo mismo. Cada vez que oigo semejantes observaciones no puedo dejar de preguntar: ¿Prefieres un entrenamiento efectivo o eficiente?
Antes que nada vamos a diferenciar entre efectivo, un término que tan solo hace referencia a los resultados obtenidos con un determinado sistema sin importar cómo sea este y eficiente, otra palabra completamente distinta, aunque de pronunciación similar, que relativiza los resultados obtenidos en función de la inversión que ha sido necesaria. Esta inversión puede haber sido en esfuerzo, tiempo, dinero, y un largo etcétera en función de la materia que estemos analizando. En entrenamiento la eficacia se mediría cuantificando únicamente los resultados, mientras que la eficiencia mediría la cantidad de esfuerzo y tiempo que han sido necesarios.
En deporte profesional la eficacia es lo más importante, puesto que el mejor estado de forma siempre será más competitivo sin importar la inversión de tiempo y esfuerzo que haya sido necesaria. Es por ello que la predisposición genética y determinación para hacer lo que sea necesario suele dar buenos resultados. Dicho de otra manera, entre un grupo de atletas con la genética adecuada, suele ser más competitivo el que está dispuesto a invertir más. Evidentemente, existen casos de excelente talento que seguramente todo lector estará pensando y que se quedan fuera de esta ecuación.
En deporte recreacional, amateur, justo el tipo de entrenamiento que tratamos en este blog, la eficiencia es mucho más importante que la efectividad. Para explicarlo dejadme que os haga la misma pregunta que le hago a todos mis clientes: ¿De qué sirve un plan de entrenamiento, por muy efectivo que sea, si no se va a poder mantener en el tiempo? Todo resultado es fruto de una adaptación a un estímulo (entrenamiento), y si este estímulo desaparece, disminuye, o cambia, también desaparecerá. disminuirá o cambiará nuestro estado de forma. Lo mismo ocurriría si conseguimos un bonito bronceado durante nuestras vacaciones. Este color de piel lo mantendremos mientras podamos seguir tomando el sol el mismo tiempo y de la misma manera que lo hacíamos durante las vacaciones y, en caso de que esto resulte imposible porque nuestra vida cotidiana nos lo impida, ese bonito bronceado acabará desapareciendo. Pero… ¿Y si hemos tomado tanto el sol que nos han salido manchas o algo peor? El bronceado desaparecerá, pero no los efectos negativos por un exceso de estímulo. Lo mismo ocurre con el entrenamiento. Es por ello que la sostenibilidad de un sistema es un factor de vital importancia que poca gente tiene en cuenta.
Mi intención en este blog es tratar los sistemas de entrenamiento más eficientes para que cada uno pueda decidir la cantidad de esfuerzo y tiempo que desea invertir y, de esta manera, determinar la efectividad de un entrenamiento. Habrá quien obtenga más y quien obtenga menos resultados, pero siempre será con el tiempo y esfuerzo estrictamente necesario para ello, ni una sola gota de sudor se derramará en balde.