away


go
away
like birds in the night

when you wake up
you won´t remember a thing
quisiera vivir así...
como en tres cervezas.

-la cigale. con piccini y sofía, que venía maquillada.

3am

ayer no podía dormir. Y te imaginé echado en mi cama, soñando con nosotros y yo me apoyaba en tu hombro y respirábamos al mismo tiempo y tú me abrazabas y yo pensaba que te quería tanto que nunca te iba a dejar ir. así pude dormir.

gatos de noche


Cuando sueño estoy dormida. Nada más que eso.
La gata se frota contra mi mano que escribe. No se da cuenta, o no le importa, que a mi mano no le interesa ella. Pero es que el movimiento le llama la atención y sólo quiere frotarse. Qué humana es mi gata a veces.
De pronto me gustan los gatos. Son distintos a los perros.
Últimamente ando bien felina. O muerta. O rara. O cínica. O histérica. Un poco irreconocible. O lo que sea.
Creo que necesito un león sin pulgas que duerma en mi cama.
No hay fondo hoy.
Sola con la gata que huele a caca y no me deja escribir porque me lame el brazo con su lengua de gato. Lengua de lija que raspa y no moja. Quiero una lengua que moje. Saliva sobre mí. Bien mojada. Que no se asuste cuando la abrace. Que no se meta debajo de mi cama pero que me espere en la ventana y me diga miau cuando entro. Pero sin pulgas.
Sara y Flora se quedan mirando televisión. A veces parecen grandes roedores.
Me gusta cuando Sara trata de agarrar con su pata a Bart Simpson y no entiende por qué cuando lo toca sólo siente un vidrio plano y frío. Ayer le corté las uñas para que no raye mi televisor. No tengo dinero para arreglarlo si se malogra.
Flora es más inteligente. Aprende de los errores de Sara. A veces siento que se burla de su ingenuidad. Otras creo que pierde la paciencia. O tal vez no. Tal vez esa sea sólo yo y Flora se está riendo.
Los gatos se aburren rápido de las cosas. Son bien gatos algunos humanos. Se enredan con las cortinas, se esconden, esperan, juegan, saludan.
No quiero ser gato, ni perro. Ni humano.
Quiero ser feliz.
Quiero ver los Simpson.
Que las pulgas no me piquen nunca.
Poder despertar mañana a la hora que quiera.

por lo que sigo aquí

Tienes mi vida entera contigo
¿Será por eso?
Tienes los ojos que me dicen siempre la verdad
Pero no sé si por eso
Tu espalda dorada, brillante,
como si llevaras una armadura
De la que nadie sabe nada
O por tus pies que pisan pero vuelan
Por tus manos calientes
Por saberlo todo y no gritarlo
Por hablar en mi oído en la noche
Aunque eso sólo esté en mi imaginación

lima, algún mal día

Vivo en la ciudad que vive del río muerto
Camino por entre la tierra de la tierra rota
De los huecos vivientes
Evado insultos y gritos
Me escondo detrás del único gran árbol
En mi podrida ciudad
Yo corro entre basura
respiro excrementos del aire que respiran
humanos e inhumanos
¡Monstruos,
Llévense a los monstruos!
Lejos, dentro,
A su guarida oficial con la bandera que llora y no vuela.
¿Cómo hacerles la guerra?
¿Cómo quitarles esta ciudad del olvido,
Y empezar a recordarla?
Nos levantaremos
Algún día
De nuestras camas y saldremos a llenar los agujeros
A lavar los suelos
A plantar un segundo árbol
Para ya no tener que escondernos.
De los monstruos.

balcón

Necesito una ventana limpia para mirar hacia afuera.
Una ventana con un balcón
una maceta con flores rosadas
y moradas
para ver hacia abajo sin sentirme superior
para darle a alguien la idea secreta
de subir por las noches a buscarme
a ayudarse de las plantas y enredaderas
y subir, trepar, sudar
por mí una noche.
Una escena tan espantosamente romántica
que nos provocaría un ataque de risa furioso.
Y él se sacaría el sombrero
y yo me haría la que se sonroja mientras me voy quitando los calzones
bajo la luna, en el balcón, cerca de la ventana y entre las flores
él y yo nos reiríamos de él y de mí
pero un poco antes de cansarnos, él y yo haríamos el amor
a él y a mí.